Este gato de mirada hipnotizadora y altamente enamoradiza fue rescatado en Navidad. ¡Qué fechas tan bonitas para unos! Y qué fechas tan tristes para otros..., como para él.
Esta persona que lo encontró, logró introducirlo en uno de los portales de la calle para que no peligrara su vida. Al final, por mucho que logres acariciar un animal de la calle, un susto, un ruido fuerte, puede provocar su huida y que el final hubiera sido muy distinto a su captura...
Tenía su miedo, pero se dejaba coger. Fue algo que dio algo de respeto, porque al final no sabes cómo va a reaccionar un animal que no conoces... Pero, ¿sabéis qué? Que ese animal apareció tras un momento de estrés y miedo muy fuertes, y al final unos brazos que te protegen, pueden ser la puerta a la salvación y a sentirte seguro.
Lamentablemente, esto es el pan de cada día en las asociaciones. Gatos sin esterilizar, sin chip, a los que se les permite salir y, en caso de que desaparezcan, ya cogerán otro... ¡Como si sus vidas no importaran!
Ahora está en una casa de acogida donde han visto lo loquito que está, pero también lo dormilón que es. Es un gato cariñoso y juguetón. Puede estar solo, aunque nos encantaría que encontrara un hogar en el que jugar con otro gato.