Esta siamesita tan preciosa (¡que sí es bizca!), tiene una cola peludita llena de amor por dar. Y no es para menos, porque estamos seguros de que en algún momento tuvo un hogar. ¡El abandono está a la orden del día! Y siempre están sin esterilizar, será una casualidad que aquellos que abandonan nunca tienen a sus animales esterilizados...
Apareció por los tejados de un pueblito donde ya había un par de gatos castrados a los que un vecino alimentaba a diario. Estos eran ferales. Y, por supuesto, se tomó la decisión de capturarla para ver si habría que esterilizarla y, con suerte, averiguar si era de alguien que la buscara y se hubiera perdido. ¡Lástima! No fue así. Era una gatita muuuuuy buena, mansa y tranquila, sin esterilizar, que, por supuesto, tuvo que ser abandonada por la edad que tenía y la zona en la que estaba. No era viable que fuera salvaje o feral.
La cuestión es que no se pudo devolver a esa zona de la calle, que era la intención inicial. Porque cuando los gatos capturados tienen una personalidad y actitud tan cercana a los humanos, significa que tuvieron familia y hogar en algún momento, y, por lo tanto, no son gatos preparados para sobrevivir en la calle como sí lo están (en mayor medida aunque nada es seguro nunca) los gatos que ferales o salvajes.
La cuestión es que se encontró con Campanilla, otra gatita que tenemos en adopción, y parece que tuvieron un flechazo... Y es que son bastante inseparables. Duermen juntas, juegan juntas, se dan besos (lametazos llenos de amor), se buscan para perseguirse o incluso simplemente para estar la una al lado de la otra... Total, que nos encantaría que alguien pudiera imaginarse en el sofá con las dos sentadas a su lado dándose cariño. Porque nos daría una pena tremenda tener que separarlas...
¿Qué? ¿Te animas? Si crees que podrías darle esa oportunidad que no sabemos hacia dónde podría llevarte junto a ella..., y con suerte sumando a Campanilla en la ecuación, ¡contáctanos!